viernes, 2 de noviembre de 2007

La Juve: un pasado muy vivo para edificar el futuro


En 1987, un grupo de jóvenes, decidimos crear Asociación de “La Juve”, tras trabajar en hacer realidad en 1983 las primeras fiestas de la Juventud, se pretendía, y creo que se logró , ofrecer a los jóvenes un marco de participación social para estar presente en la vida del pueblo, comprometiéndonos con Ólvega, en todas sus facetas, pero desde nuestra perspectiva juvenil y lograr objetivos más ambiciosos en el ámbito social y cultural y de desarrollo de la localidad.

En 1987, con la creación de “La Juve”, los jóvenes democráticamente podían elegir a sus representantes, de una manera siempre abierta hacia nuevas generaciones de jóvenes, de ahí las elecciones a dos vueltas para realizar en primer lugar una selección de nombres y permitir en la segunda ronda elegir ya la Junta Directiva. Ese era el sentido de las dos rondas que actualmente se mantiene.

También quisimos renovación permanente en la Junta Directiva tras un tiempo máximo de 3 años, para que se incorporaran rápidamente nuevas generaciones de jóvenes en su liderazgo y participación. Un grupo juvenil que no se renueva caduca por rutina, es imprescindible y es inherente a la juventud el grado de “rebeldía” y empuje que las nuevas generaciones aportan con sus legítimos puntos de vista.

Quizás el mayor logro conseguido en ese tiempo fue demostrar que en Ólvega se pueden trazar objetivos comunes integrando diferentes formas de pensar, desde el inconformismo crítico y la ambición, para sumar inquietudes y avanzar juntos en el camino definido previamente entre todos. Recuerdo con satisfacción cómo José Jiménez o Carlos Moya les encantaban los fuegos artificiales y otras actividades más lanzadas y a otros se nos ponían los pelos de punta, aunque su dinamismo era un complemento importante; la eficacia de Mariluz Villar o Ascen Villar, llevando las cuentas, el trabajo siempre discreto y eficaz de Agustín Gómez (quien también ha colaborado en la adaptación a las nuevas tecnologías), la predisposición de Manuel Valhermoso, Mariló del Amo y Mila Ortega, el trabajo de Juan Jose San Juan con el ajedrez, el trabajo con el deporte de Javier Lasfuentes, Andrés Calavia, o la serenidad comprometida de Carlos Martínez, así como un largo etcétera en un trabajo continuo al servicio de los demás donde se logró implicar, en un objetivo común, a las distintas peñas de Ólvega.

Los jóvenes deben recordar con satisfacción que ya en el año 1987 fuimos los primeros en reclamar un polígono industrial en Ólvega, necesidad que fue atendida entonces por el Ayuntamiento presidido por José Manuel Tello; nos movilizamos, uniendo a todos, ante el secuestro de Emiliano Revilla para exigir su liberación, logrando la mayor manifestación que se recuerda en Ólvega, dando participación a todo el pueblo, o hicimos posible que en 1989 la recién nombrada ministra de Asuntos Sociales, Matilde Fernández, pregonara nuestras fiestas, asumiendo, de paso, la gestión del Hogar de la 3ª Edad que tantos recursos ahorraría después a los olvegueños.

Recupero unas palabras de Matilde Fernández en Ólvega para referirse a nosotros, que creo que recogen perfectamente el espíritu de lo que debe ser una organización juvenil en un municipio:

“(…) veo que los jóvenes os organizáis, os preocupáis activamente de vuestros problemas y os interesáis por todo lo que ocurre en el pueblo y su entorno. Y esta es la mejor garantía de que vosotros y el conjunto del pueblo tiene porvenir”

Quiero en este espacio rendir el justo homenaje a esos jóvenes que desde el trabajo discreto, entregado y comprometido con su pueblo lograron convertir la Juve en la asociación juvenil más importante de la provincia y una de las más importantes de Castilla y León, y cuyos nombres normalmente no son publicados pero fueron eslabones necesarios para que las actividades salgan adelante.

Es necesario recordar la importancia que tiene que los propios jóvenes vayan construyendo el futuro, implicándose en la sociedad, ya lo reflejó el sabio griego Aristóteles en el siglo IV a JC cuando afirmó : “Adquirir desde jóvenes tales o cuales hábitos no tiene poca importancia: tiene una importancia absoluta”.

Actuaciones pasadas no implican repetición en el presente, las realidades, a veces, son distintas y justifican nuevos compromisos ante los nuevos tiempos que nos toca vivir en pleno siglo XXI; “lo global” tiene una mayor incidencia en “lo local” y a la inversa, gracias, entre otros factores a las nuevas tecnologías e Internet y el libre movimiento de personas, capitales, así como los efectos que provocamos en la Naturaleza. Si eso es así, cabe margen para transformar con una actitud comprometida la realidad local para contribuir a construir un mundo mejor, realidades como el calentamiento global del planeta, la escasez de agua, el hambre injusta en el mundo, la multiculturalidad, las guerras, el acceso a la vivienda o la mejora de las condiciones laborales, los derechos de la mujer y el respeto a su integridad, entre otras cuestiones.

Todo lo logrado antes ha debido ser soñado. Os invito a soñar desde Ólvega para que gestionéis, hasta donde lleguen vuestras posibilidades, nuevos sueños puesto que algunos se convertirán en realidades.

Es una verdad inapelable que vosotros, los jóvenes, gestionaréis el futuro y nada mejor que prepararos para ello desde el compromiso más inmediato .



Ólvega a 14 de julio de 2007
- Artículo solicitado por La Juve con motivo del 25 aniversario de sus fiestas -

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